Carmelo Filardi, Una época de historia en caricaturas, libro de 1971

Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi Publicado por la editorial de la Universidad de Puerto Rico en 1971

Arte Cultura y Entretenimiento | Redacción/ Escrito por Javier Martínez | Visit [a] TintaADiario en Facebook

Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi
Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi, en la imagen la portada del libro y las paginas dos y tres de las caricaturas
Javier Martinez, creador y editor de Tinta A Diario

Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi es un libro de 206 páginas (216 total) de caricaturas publicado por la editorial de la Universidad de Puerto Rico en 1971. Es el segundo y final libro publicado por el artista, el primero lo fue UN AÑO DE HISTORIA EN CARICATURAS, de 1947 e impreso por la imprenta Venezuela.

Filardi fue dibujante, ilustrador, diseñador y caricaturista, este libro reúne una parte mínima de su obra de caricaturista editorial para el diario El Mundo, en el cual laboró por 48 años. La selección de las caricaturas publicadas es de 1948 a 1963, estas fueron seleccionadas por el periodista, colega y amigo de Filardi, Combas Guerra, quien realiza los calces y el prólogo del libro, el cual se extiende a ocho paginas y luego el contenido es estrictamente de los dibujos de Filardi en 206 caricaturas editoriales, a razón de una por página, ocupando 206 paginas, para un total de 216 paginas el conjunto. El libro no muestra un indice y la sección de caricaturas no es catalogada por temas, así tampoco se añade texto adicional (excepto los calces de la caricaturas) para ampliar o contextualizar la obra.

Primeras caricaturas del libro Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi de 1971, Caricaturas 
COSAS DEL PATIO,LA PIEDRA QUE FALTA, PARA QUE?
Primeras caricaturas del libro Una Época de Historia en Caricaturas de Carmelo Filardi de 1971, Caricaturas
COSAS DEL PATIO,LA PIEDRA QUE FALTA, PARA QUE?
Portada del libro Una época de historia en caricaturas en la pagina de Alexis Sebastian Méndez, pueden leer su escrito La historia a través de la caricatura
Portada del libro Una época de historia en caricaturas en la pagina del humorista Alexis Sebastian Méndez, pueden leer su escrito La historia a través de la caricatura

Datos adicionales de Una época de historia en caricaturas

La publicación tenia un precio de venta de dos dolares con cincuenta centavos, un anuncio de diciembre de 1971 de la Asociación de editores de Puerto Rico titulado «De Puerto Rico Regale libros puertorriqueños» incluye tres editoriales, la de la universidad presenta 22 títulos, entre ellos el libro de Filardi con su precio de venta.

En 1973, la redacción de El Mundo contesta una petición de unos soldados en Corea, se le envía por correo el pedido, ademas añaden una caricatura del personaje «clasi» (un coquí de la sección de clasificados) y el libro de Carmelo Filardi.

Hemos incluido el libro que ha sido digitalizado por La Colección Puertorriqueña UPR, así tambien incluimos los contenidos de la solapa de la publicación, el prologo y reportajes publicados en la prensa de El Mundo, entre ellos un escrito de 1975 cuando ambos amigos se retiran del diario ( que es la repeticion de la solapa del libro), se publican unas palabras de Combas Guerra, las cual incluimos tambien abajo. Te incluyo este enlace a una Reseña de Efrain Barradas del libro Los dibujos del progreso : el mundo caricaturesco de Filardi y la crítica al desarrollismo muñocista, 1950-1960, libro de Rafael L Cabrera Collazo.

La solapa del libro tiene un corto escrito y una cita del periodista Eliseo Combas Guerra que indica:

De la abundante producción de Carmelo Filardi durante los años de 1948 a 1963, figura en este volumen — Una Época de Historia en Caricaturas — una selección representativa de su quehacer, que combina el arte con el periodismo.

Eliseo Combas Guerra, compañero de labores de Filardi durante muchos años en el periódico El Mundo, ha hecho la selección de las caricaturas que representan sucesos de naturaleza local e internacional de ese ciclo de quince años. Combas Guerra ha escrito además el prólogo y las anotaciones que aparecen en forma resumida, al calce de las caricaturas, para facilitar la disposición tipográfica.

JAMAS, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
JAMAS, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Carmelo Filardi, natural de Yauco, Puerto Rico, estudió dibujo artístico en Estados Unidos. Fue instructor de dibujo mecánico en las escuelas públicas de la Isla antes de dedicarse a la tarea a la cual ha destinado su vida. Había obtenido, en los años 1925 y 1926, primer premio de portadas para los programas de las fiestas de Carnaval de San Juan. Don Ángel Ramos — a quien, junto con don Romualdo Real, Filardi dedica su libro —lo llevó en 1927 a trabajar en la revista Puerto Rico Ilustrado, iniciándose desde ese momento en el difícil arte de la caricatura periodística, en el cual ha obtenido varios premios interamericanos.

 En su presentación, Combas Guerra justiprecia así la labor del caricaturista: «Una de las grandes virtudes de Carmelo Filardi, como artista, es que no le gusta hincar a gran profundidad. Desde luego, no es posible que a toda persona le complazca la forma en que Filardi ataca o expone una situación. Puede que en ocasiones algunos consideren sus caricaturas violentas, injustas o apasionadas. Sin embargo, quienes tales reacciones hayan experimentado, no dejan de re-conocer, en su fuero interno, la habilidad del artista para, en simples y comprensivos rasgos y detalles, manifestar el sentimiento de gran parte de la opinión pública».

Caricaturas de Carmelo Filardi reproducidas en el libro Humor a quien humor merece: la sufrida y valiente historia de la sátira política en Puerto Rico de ARTURO YEPEZ
Caricaturas de Carmelo Filardi reproducidas en el libro Humor a quien humor merece: la sufrida y valiente historia de la sátira política en Puerto Rico de ARTURO YEPEZ

PROLOGO DEL LIBRO Una época de historia en caricaturas

Cualquier buen dibujante puede producir una caricatura. Puede hacer un dibujo con la intención de ridiculizar a determinada persona, cosa o lugar, exagerando sus rasgos físicos o las proporciones de lo existente y tangible. Hay cosas que, presentadas grotescamente, pueden proporcionar diversión sana para algunas personas o burla para otras, dependiendo, claro está, del sentido de humor de cada individuo, así como también de su estado anímico en determinada ocasión.

Del dibujante, naturalmente, y a veces del pintor y del escultor, surge el caricaturista especializado, que es el artista que tiene la gracia de manejar sus instrumentos de labores para producir epigramas mordaces, ingeniosos y cáusticos; y sátiras, elegantes a veces joviales otras veces y también ásperas o picantes.

En esta última categoría consideramos a Carmelo Filardi, el tan conocido y celebrado caricaturista del periódico El Mundo, cuyo quehacer data de más de treinta años.

Al trazar los rasgos de una de sus caricaturas, Filardi tiene la innata habilidad de la sutileza, que azota al mismo tiempo que intenta orientar hacia la corrección de vicios y situaciones sociales, políticas o de cualquiera otra índole, consideradas absurdas y reprobables; jocosas o ridículas, improcedentes o encomiables; saludables o viciosas.

PANORAMA DIARIO, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
PANORAMA DIARIO, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Carmelo Filardi tiene el don de utilizar su lápiz para flagelar severamente, sin desollar. Hiere sin que la sangre mane. Araña sin rasgar. Punza sin producir dolor agudo. Fustiga inmoralidades sin calumniar.

LA SONRISA DE ELEANOR

Una vez Filardi hizo una caricatura de la primera dama de los Estados Unidos, la muy distinguida y culta señora Eleanor Roosevelt, en ocasión de la primera visita que ella dispensó a esta isla. Para la época moraba en La Fortaleza el General Blanton Winship como Gobernador, viejo conocido de ella, toda vez que el General, veterano de la Primera Guerra Mundial, varias veces condecorado por valor, estuvo a cargo del protocolo de Casa Blanca durante la presidencia de su aún muy llorado esposo, señor Franklin Delano Roosevelt.

En esa ocasión el dibujante daba exagerado relieve a la famosa sonrisa de doña Eleanor. La caricatura apareció en la portada de Puerto Rico Ilustrado, revista de la propia empresa del periódico El Mundo, y fue muy celebrada. Deseando con vehemencia que la señora Roosevelt le autografiara la caricatura, para conservarla con atesorado cariño, Filardi acudió primero a un compañero nuestro, y luego a un funcionario de La Fortaleza, en procura de la ansiada firma. Pero los amigos no se atrevieron a mostrarle el dibujo a la esposa del presidente, temiendo que le causara malestar. Para ellos, la caricatura resultaba demasiado burlona por su exageración. Consideraban que no debió hacer tal cosa a una dama de generales simpatías.

Sin embargo, cuando Filardi, un poco decepcionado me contó lo sucedido, yo me ofrecí a conseguirle el autógrafo. Mi determinación descansaba en el hecho de que yo había acompañado a la señora Roosevelt, junto a otros funcionarios federales e insulares, en su excursión de dos días por varias de nuestras regiones rurales y urbanas. Ya ella sabía quién era yo, y me consideré con suficiente confianza para acometer la misión.

La encomienda resultó facilísima. Me recibió la señora Roosevelt en uno de los salones del Palacio, donde se hospedaba, y cuando la enteré de mi propósito y le extendía la caricatura, lanzó una franca carcajada, exclamando inmediatamente «Wonderful». Luego preguntó: «

¿Es un obsequio?» La pregunta-petición me confundió completamente. Pero me repuse y fui franco con ella:

«Señora Roosevelt, si fuera mía, no tendría usted que hacer la petición. Se trata de mi compañero el caricaturista Filardi, persona que la admira sinceramente, y quien se sentiría muy halagado y honrado si usted se la autografiara».

«Como no. Pero, por favor, dígale que me obsequie con una copia.» Y acto seguido procedió a estamparle su autógrafo, sin dejar de sonreír.

«Señora Roosevelt», le dije, «puede usted contar con la copia. Mañana mismo la tendrá usted en su. poder. Muchas gracias por su bondad y perdone usted la molestia».

«Oh, that’s all. right. Pero no se olvide de su promesa».

Y la promesa fue cumplida. Filardi, muy agradecido y contentísimo, le metió mano enseguida a la copia. «Tú ves», me dijo, «tanto miedo de aquella gente y fíjate que fácil se te hizo. Es que los americanos, definitivamente, tienen mucho más desarrollado que nosotros el sentido del humor».

Filardi ha hecho muchas caricaturas de similar naturaleza artística, a veces por mera diversión, que luego regala. Una considerada de las más sobresalientes la hizo a don Luis Mu-ñoz Marín, allá para el año 1936. Creemos que ha sido uno de sus muchos aciertos. Pocas líneas, pero de extraordinaria precisión y efecto. Le quedó tan bien que, transcurridos los años, y cuando ya don Luis se había convertido en la primera figura política de la isla, comenzó a cobrar mayor mérito —como los viejos vinos. A petición de varias figuras prominentes, Filardi ha tenido que sacar varias copias para obsequiarlas.

EL LAPIZ BISTURI

Nuestro amigo Filardi dice en sus caricaturas mucho más de lo que a veces puede expresarse en un buen artículo de fondo. Sobre todo su mensaje llega con mayor rapidez al entendimiento de las gentes de los diferentes niveles culturales e intelectuales que compran el periódico. Y esto resulta agradable para las personas muy ocupadas e interesadas en conocer la opinión editorial del periódico respecto del asunto de la mayor prominencia en el momento

EL NUEVO ADVENIMIENTO, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
EL NUEVO ADVENIMIENTO, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Una de las grandes virtudes de Carmelo Filardi, como artista, es que no le gusta hincar a gran profundidad. Desde luego, no es posible que a toda persona le complazca la forma en que Filardi ataca o expone una situación. Puede que en ocasiones algunos consideren sus caricaturas violentas, injustas o apasionadas. Sin embargo, quienes tales reacciones hayan experimentado, no dejan de reconocer, en su fuero interno, la habilidad del artista para, en simples y comprensivos rasgos y detalles, manifestar el sentimiento de gran parte de la opinión pública.

El lápiz de Filardi es el bisturí que realiza, con extrema delicadeza, las más complicadas operaciones para sacar a la superficie, y extirparlos, los tumores y excrecencias malignos que contiene el cuerpo público.

El día que el Gobernador Roberto Sánchez Vilella ofreció un ágape en La Fortaleza a los periodistas, en ocasión de la Semana de la Prensa en 1968, el Primer Ejecutivo pidió a Filardi que le enviara todas las caricaturas que hubiese hecho sobre él, no importa el propósito de la mismas, porque deseaba conservarlas.

Con su lápiz, Carmelo Filardi pone de manifiesto los excesos, las injusticias, las desviaciones de los hombres y de la sociedad; el vicio, la corrupción, las extravagancias de nuestros funcionarios públicos; sus peculiares actitudes ante diversos problemas de trascendencia.

¿De dónde logró Filardi tal gracia? Pues, sencillamente, del mismo lugar de donde lo reciben todos los grandes hombres que en el mundo han existido, existen y existirán: de la bondad de Dios.

Líbrenos pretender que mi compañero y amigo de tantos años sea el mejor caricaturista político. No. Hay en el mundo muchos buenos como Filardi, y tal vez mejores que él, y puede que haya también muchos que siendo menos que él hayan logrado más renombre, beneficiados por el ambiente en que se desenvuelven y trabajan. Pero, eso sí, Filardi es uno de los buenos en su género —de los sobresalientes.

La más honrosa evidencia de este aserto la constituye el hecho de que varias de sus caricaturas, especialmente aquéllas de carácter internacional, han sido reproducidas en órganos de prestigio y categoría como The New York Times, la revista Time, The Christian Science Monitor, The New York Herald Tribune, y en otras publicaciones de nuestro hemisferio.

Además, ha obtenido en dos ocasiones (1954 y 1965) el Premio Merghenthaler, que otorga la Sociedad Interamericana de Prensa entre los caricaturistas más notables de la América Hispana.
En una revista especialmente impresa para el sistema de instrucción y que edita la empresa American Education Publications, aparece un artículo sobre caricaturas editoriales, en el cual figuran trabajos de los más sobresalientes artistas del lápiz norteamericanos, tales como Bill Mauldin, Herbert Block (Herblock), y Hugh Haynie; el holandés Fritz Behrendt, y nuestro compatriota Carmelo Filardi.

Súmese a los muchos galardones inapreciables recibidos por Carmelo Filardi, y de los cuales no gusta hacer ostentación, una petición que le hiciera la prestigiosa empresa editora Macmillan, de una de sus caricaturas para incluirla en un libro sobre colonialismo.

UN CICLO DE 15 AÑOS

Este libro, el segundo de Filardi (Un año de historia en caricaturas-1947, fue el primero), abarca una época comprendida desde 1948 al 1963. Es un ciclo de 15 años, pero encierra una serie de acontecimientos importantísimos en el desenvolvimiento político y social de Puerto Rico especialmente, así como también de todo el globo terráqueo. En nuestra isla se desarrolló durante este lapso una sucesión de hechos que provocaron transformaciones en varios aspectos de la nomenclatura política y social del país. En parte de los ciudadanos estos cambios produjeron algunas inquietudes y preocupaciones que más tarde se disiparon al probarse la inequívoca capacidad del pueblo para gobernar todos sus asuntos con excelente habilidad y clara inteligencia, conservando en todo momento la mayor ponderación para el análisis de los problemas, tal y como lo exige el sistema de vida democrático dentro del cual nos desenvolvemos.

Repasando este volumen de caricaturas los lectores descubrirán infinidad de interesantísimos momentos ya casi olvidados por quienes los vivieron, y otros que serán completamente nuevos para quienes a la época del acontecimiento aún no habían nacido o eran demasiado jóvenes para percatarse cabalmente de su trascendencia.

LA DIFERENCIA, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
LA DIFERENCIA, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

El pueblo puertorriqueño no se prestaba fácilmente a la caricatura. La afilada y satírica punta del lápiz de un caricaturista era recibida con visible resentimiento por la generalidad de los hombres públicos, así como también por la comunidad que consideraba irrespetuoso el trato ridículo a figuras de respeto y de prominencia en los diferentes quehaceres de la vida. En los primeros años de este siglo se publicaban caricaturas en algunos periódicos y revistas, generalmente sobre temas políticos. Y no fueron pocas las reprobaciones recibidas por los caricaturistas de parte de las personas afectadas, así como también de sus fanáticos seguidores.

Pero Filardi, en más de treinta años de labor perenne en el cultivo de este arte, ha logrado educar al pueblo a esta forma de expresión del pensamiento y del sentimiento. Por eso actualmente, resulta incalculable el número de figuras públicas que atesoran con cierto orgullo y en algunos casos, vanidad, las caricaturas que de ellos ha hecho el querido y modesto compañero Carmelo Filardi.

Carmelo Filardi
Carmelo Filardi

HACIA EL PERIODISMO

El compañero Filardi nació en Yauco, de padres italianos, el 25 de noviembre de 1900. Cursó la escuela superior en su pueblo natal. Con un breve curso en el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez, se preparó para enseñar dibujo mecánico en las escuelas elementales y superiores del sistema de instrucción pública de Puerto Rico. En ello estuvo solamente dos años, luego se trasladó a Estados Unidos con la idea de trabajar y estudiar dibujo artístico. Allá encontró empleo en varios quehaceres, pero no le permitían dedicarse al dibujo. Así las cosas, resolvió regresar a Puerto Rico. Estuvo dos años más como instructor de dibujo mecánico en nuestras escuelas públicas.
Con vocación de creador, resolvió probarse en otro campo del arte, después de lograr, durante dos años corridos, el primer premio de portadas para los programas de las fiestas de Carnaval de San Juan, en los años 1925 y 1926.

Fue para esa época que don Angel Ramos, apreciando la limpieza y claridad de sus dibujos, así como el mensaje que transmitían, le ofreció trabajo en la revista Puerto Rico Ilustrado, en el año 1927. Dibujaba portadas, hacía arreglos de las páginas de fotografías, ilustraba cuentos y hacía «muñecos» para dar más impacto a ciertos chistes de actualidad. También, por su labor en la revista, fue conociendo a nuestros hombres públicos e inició una serie de caricaturas sobre ellos, que tuvieron una fantástica aprobación. Y fue de esta manera, podríamos asegurar, que nuestro amigo comenzó a explotar la sátira pictórica y, de paso, a descubrir un gran filón, del cual todavía continúa obteniendo provecho, independientemente del natural deleite personal que le produce el trabajo que le gusta hacer.

Hombre de gratitud, sentimiento que responde con nobleza a quienes se considera obligado a estimar el favor que le brindaron, y virtud que, en la era que corremos va desapareciendo entre las bellas cualidades del hombre, Carmelo Filardi dedica este libro a la memoria de dos ilustres figuras del periodismo y la cultura puertorriqueños: al español con alma enteramente borincana, don Romualdo Real, fundador de Puerto Rico Ilustrado y El Mundo (este último el 23 de febrero de 1919); y a don Angel Ramos, su Presidente y Editor durante el lapso de 1946 a 1960, cuando falleció, dejando como ofrenda a su isla uno de los primeros diarios de América y del orbe, no obstante la relativa pequeñez de nuestro terri-torio, así como también un complejo de prósperas empresas de radio, televisión y doblaje de películas.

Con este gesto, nuestro compañero Filardi quiere demostrar que la confianza que aquellos hombres depositaron en él, no fue infructuosa. De este modo gentil y noble corresponde Carmelo. Y lo quiere hacer público ya que, como dice el refrán: «El que agradece en secreto no da muestras de agradecido».

Con el mayor respeto, presento a ustedes esta obra de un artista de grandes méritos, y dotado de la gracia de hacernos conocer, con alusiones enigmáticas a veces y otras deformadas y exageradas, el estado de ánimo del pueblo. Una de la más laudables cualidades de Filardi es la nobleza, siempre evita incurrir en ataques personales o rencoroso. Y en la gran mayoría de sus dibujos encontramos un mensaje cívico y moral.
Eliseo Combas Guerra

LUZ DE ESPERANZA, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
LUZ DE ESPERANZA, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Escrito de la columna «En torno a La Fortaleza» por Eliseo Combas Guerra del 22 de octubre de 1971 en el periódico EL MUNDO

Carmelo Filardi luce en estos días un semblante muy risueño, y hasta le hemos visto caminar con paso menos lento, como si hubiera recibido su batería espiritual una renovadora carga de gran potencia. No crean ustedes que ello se debe al triunfo de los Piratas en la serie mundial de béisbol profesional, ni al triunfo extraordinario de Roberto Clemente al destacar- se y recibir el merecido reconocimiento universal como el jugador más sobresaliente de la contienda, y por quien tantas simpatías siente nuestro genial caricaturista.

Tampoco vayan a creer ustedes que se debe a que Filardi ya ha sido influido por ese algo intangible que invade el ambiente y que conocemos por “espíritu navideño” que, positivamente, ya comienza a predominar en el ánima de muchos seres humanos.

ESO DICEN, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
ESO DICEN, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Ni puedan ustedes pensar que el hechizo la haya producido el haber resultado agraciado con el premio gordo de la lotería, pues aún cuando Carmelo adquiere semanalmente una acciones de ilusión y de esperanza, hasta la fecha no ha recibido la visita de la suerte, a pesar de que perennemente la aguarda con las puertas, las ventanas y los brazos abiertos.

En fin, señores, Carmelo Filardi se siente feliz porque acaba de salir de las prensas su segundo libro conteniendo una selección de sus magistrales caricaturas, que fueron publicadas en este mismo periódico durante el lapso comprendido entre los años 1948 y 1963.

El nuevo libro de Filardi, el cual ha titulado “Una época de historia en caricaturas”, ha sido impreso por Editorial Universitaria, de la Universidad de Puerto Rico.

La selección y la explicación que motivaron las caricaturas, así como el prólogo del libro, fueron hechos por nosotros. Sin embargo, en el libro hemos descubierto errores gramaticales de poca monta debidos, esencialmente, a que la casa editora en ningún momento nos envió las pruebas de imprenta para su revisión, corrección o enmiendas. Los mismos pueden ser bondadosamente exculpados por el buen juicio del lector. No obstante, existe uno que mucho interesamos aclarar, por considerarlo fundamental: se relaciona con la fecha inicial de la publicación de EL MUNDO. Aparece que fue el 23 de febrero de 1919, cuando en realidad fue el 17 de ese mismo mes y año.

El libro contiene 206 caricaturas, en su tamaño original, con una explicación al calce para que las futuras generaciones puedan considerar y entender mejor qué suceso o situación las.motivaron.

El personaje que más aparece en el libro es el ex gobernador don Luís Muñoz Marín. De él existen como veinticinco caricaturas, relacionadas con diferentes momentos en la vida política del país. Y nos parece muy natural, pues don Luis fue la figura cumbre en el gobierno de la isla durante los quince años de historia en caricaturas que reúne el libro, y mucho más.

Otros personajes políticos importantes de ese lapso, que figuran en la obra, son los señores Miguel Angel García Méndez, Jaime Benitez, Bolívar Pagán, Jesús T. Piñero, Antonio Femós Isem, Teodoro Moscoso, Felisa Rincón de Gautier, Marce- lino Romany, Luis A. Ferré, Mariano Villaronga, Luis Negrón López, Jorge Font Saldaña, Roberto Sánchez Vilella, Cándido Oliveras, y otros.

Entre los personajes internacionales se encuentran John F. Kennedy, Nikita Khruschev, Charles de Gaulle, Mosadegh, Mao Tse Tung, Fidel Castro, Boris Paster- nack, Rafael Leonidas Trujillo, Fulgencio Batista, y alusiones a Domingo Perón, Rojas Pinillas. Marcos Pérez Jiménez y otros dictadores hispanoamericanos que fueron derrocados.

Por las caricaturas sobre situaciones políticas, sociales, económicas y de otra índole, el lector podría tal vez sentir asombro y concluir que todavía existen en Puerto Rico los mismos problemas. Dicho en otras palabras, que las caricaturas de hace veinte años —digamos por ejemplo — podrían reproducirse hoy y tendrían vigencia.

LA FUENTE ESTA AQUI, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi
LA FUENTE ESTA AQUI, caricatura del libro Una época de historia en caricaturas,1971 de Carmelo Filardi

Entre los temas más latentes de la época figuran el “status” político de la isla; el aumento en el costo de vida; el problema del hacinamiento en las cárceles; el vicio de las drogas; la contaminación ambiental; la explosión poblacional; la situación de desempleo; el peligro en el tránsito automotriz; la situación universitaria; los problemas de las basuras; los conflictos bélicos; la crítica situación de la industria azucarera, etcétera.

Y, volviendo a Carmelo Filardi, creemos que tiene sobrada razón para estar contento, no solamente por su nueva criatura, sino porque está recibiendo muy cálidas felicitaciones y, sobre todo, muy merecidas.

Combas Guerra sobre Carmelo Filardi en columna de El Mundo, 1975.10.30 ante el retiro de ambos.

De Don Carmelo Filardi, ha escrito Combas Guerra un prólogo al libro del afamado caricaturista, titulado “Una época de historia en caricaturas”. Combas se expresa de la siguiente manera:


“El compañero Filardi nació en Yauco, de padres italianos, el 25 de noviembre de 1900…Fue para esa época (1925-26) que don Ángel Ramos, apreciando la limpieza y claridad de sus dibujos, así como el mensaje que transmitían, le ofreció trabajo en la revista Puerto Rico Ilustrado, en el año 1927.

“Dibujaba portadas, hacía arreglos de las páginas de fotografías, ilustraba cuentos y hacía ‘muñecos’ para dar más impacto a ciertos chistes de actualidad.

También, por su labor en la revista, fue conociendo a nuestros hombres públicos e inició una serie de caricaturas sobre ellos, que tuvieron una fantástica aprobación.

“Y fue de esta manera, podríamos asegurar, que nuestro amigo comenzó a explotar la sátira pictórica y, de paso, a descubrir un gran filón, del cual todavía continúa obteniendo provecho, independientemente del natural deleite personal que le produce el trabajo que le gusta hacer.

“Hay en el mundo muchos buenos como Filardi, y tal vez mejores que él, y puede que haya también muchos que siendo menos que él hayan logrado más renombre, beneficiados por el ambiente en que se desenvuelven y trabajan. Pero, eso Filardi es uno de los buenos en su género —de los sobresalientes.

“La más honrosa evidencia de este aserto la constituye el hecho de que varias de sus caricaturas, especialmente aquellas de carácter internacional, han sido reproducidas en órganos de prestigio y categoría como The New York Times, la revista Time, The Christian Science Monitor, The New York Herald Tribune, y en otras publicaciones de nuestro hemisferio”.

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