La Risa Aquí y Allá, Ahora y Hace Tiempo | Parte 2, 1979
|Siglo XVI: Comienza El Humorismo Gráfico a Mofarse del Hombre, serie La Risa Aquí y Allá, Ahora y Hace Tiempo Por Arturo Yépez-Pottier
Arte Cultura y Entretenimiento | Redacción/ Escrito por Javier Martínez | Visit [a] TintaADiario en Facebook

El siguiente escrito sobre la caricatura y el humor gráfico por Arturo Yépez es el segundo de nueve reportajes en total que se publicaron de septiembre 29 al 1 de octubre de 1979 en el diario EL MUNDO
Serie La Risa Aquí y Allá, Ahora y Hace Tiempo | Segundo de una serie | Lee primer articulo de la serie
Siglo XVI: Comienza El Humorismo Gráfico a Mofarse del Hombre
Por Arturo Yépez-Pottier
En el siglo 16 recién que el humor gráfico atreve a mofarse en forma directa del hombre tal como vemos en el grabado titulado “Un campesino y su mujer”. De este mismo periodo un estudio de caricaturas que nos dejó el gran Da Vinci, poseedor de un gran sentido de la belleza, y por ende, de lo grotesco.
Es curioso observar, tanto en las muestras egipcias como en las medievales que los primeros «disparos» del humor nunca van apuntados al hombre, directamente. Más bien a aquellos sin posibilidad de ofenderse ni vengarse. ¡Y qué mejor que los animales! Cuando el humor agota su incursión en este terreno elige como objetivos de los temas obvios y “seguros”. ¿Después de todo, qué importa mofarse de los pigmeos, una minoría?…¿O qué gran valentía requiere mofarse del «Mal” como en el caso de las gárgolas de Notre Dame?
Una vez agotados estos temas recién veremos las primeras caricaturas que tocan al hombre de forma directa. Poco a poco los caricaturistas se aventurarán con temas más sofisticados, como la fantasía y lo absurdo. Solamente cuando estas primeras etapas han sido exploradas, como veremos más adelante, es que nuestros humoristas se atreverán a enfocar sus miras hacia la Política, la Religión y el Sexo, en ese orden.
Los últimos temas a ser tratados con humor seran aquellos considerados sagrados o «tabú», tales como Dios, o el sexo en manifestaciones de obvio mal gusto. Y ya hemos llegado a esta última etapa: desde hace un par de años una revista satírica en España saca una tirilla cómica cuyo personaje central es Dios, un Dios bastante utilitario y poco simpático. Todos sabemos también de las revistas pornográficas aparecidas en los últimos diez años en Estados Unidos y algunos países de Europa que no dejan nada a la imaginación. Por lo general esto ocurre cuando una sociedad llega a su máximo de sofisticación, exceso de seguridad en sí misma, o pérdida total de valores (cualquiera de estas tres alternativas, a su elección).
En todos los tratados sobre el humor que he tenido ocasión de examinar, esta progresión paulatina es algo que me ha llamado la atención. Tal pareciera que el chiste gráfico a través de las épocas, fuera escalando, lenta y tímidamente. por etapas bien definidas y establecidas. Quizás algo tenga que ver nuestra propia percepción del humor como un vehículo de comunicación especializada. Muy a menudo cuando queremos decir algo en serio o llamarle la atención a alguien recurrimos al humor para suavizar el golpe.
Cierto es también que a veces el humor se utiliza para la burla y el ridículo, algo a lo cual tememos más que a la misma crítica directa. Pero en general creo que pecamos de un exceso de sensibilidad respecto al humor y nos tomamos más en serio de lo que quisiéramos admitir. Me atrevería a aseverar que si nuestra civilización tuviese que volver a empezar, el humor seguiría otra vez la misma escala tímida y ascendente. utilizando primero los animales, luego los temas obvios, etc. etc.
La imprenta había sido inventada en el siglo 15 y ya en el siglo 16 la industria del libro estaba en pleno apogeo. Hacen entonces su aparición varios libros humorísticos, acompañados de ilustraciones, tales como «Sueños picarescos» y «Simulación de la muerte». Pero sin duda la producción gráfica cómica más importante del siglo 16 perteneció al artista flamenco Peter Bruegel. Tenía éste un gran sentido del humor, hasta el punto que le valió el mote de «Bruegel el chistoso”.
Pies de imágenes
- Uno de los primeros grandes cultores de la caricatura personal lo fue el eximio Leonardo Da Vinci quien gustaba mucho de hacer estudios humorísticos como los que ofrece la ilustración.
- Benjamín Franklin, un buen amigo de los adagios populares, pudo haber escrito que “una caricatura vale por mil palabras”. Él es el autor de esta caricatura, copia de la cual mandó a distribuir por montones unos años antes de la revolución de 1776, y con la que contribuyó a crear conciencia en contra de la corona británica.
Se pueden incluir imágenes de perfiles en Facebook, la red y otros medios. son utilizadas para ampliar la experiencia del lector. Javier Martínez es artista multidisciplinario de Puerto Rico