La Risa Aquí y Allá, Ahora y Hace Tiempo | Parte 5, 1979

El Advenimiento de las Revistas Satíricas, Serie La Risa Aquí y Allá, Ahora y Hace Tiempo por Arturo Yépez

Arte Cultura y Entretenimiento | Redacción/ Escrito por Javier Martínez | Visit [a] TintaADiario en Facebook

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El Advenimiento de las Revistas Satíricas 

Por Arturo Yépez-Pottier |  Jueves 27 de septiembre de 1979

Es una verdadera lástima que en la época de Goya no existieran revistas satírico-humorísticas. Quizás esto hubiera alentado al gran artista español a dejarnos más muestras de su excelente vena satírica. Goya, al igual que otros pintores contemporáneos o anteriores con vocación para la cosa humorística, tenía que contentarse con hacer humor, de vez en cuando, casi para consumo interno. Todo eso habría de cambiar con el advenimiento de las revistas satíricas ya que los artistas con este talento ahora podían dedicarse a ello exclusivamente. Había nacido el dibujo humorístico como una especialidad.

Las primeras revistas de este tipo fueron La Caricature y Charivari, aparecidas en París en 1830 y 1832, respectivamente. Más tarde aparecerían Fliegende Blatter, en Alemania, y luego Punch, en Inglaterra, revista que aún se sigue publicando. En Estados Unidos las primeras revistas del género, Judge y Life, verían la luz en la década de 1860. 

En la América Latina, Argentina y Cuba tomarían la delantera. 

Quizás uno de los primeros cultores del género lo sería el sacerdote franciscano Francisco de Paula Castañeda, autor de innumerables ensayos de corte costumbrista y satírico. Desde 1810, año de la independencia argentina, hasta 1825, Castañeda publicó hojas en las que campeaba el humor resuelto gráficamente con ahorcados, animales parlantes, y otras excentricidades. Fueron varios los pasquines del religioso, entre éstos “El Desengañador Gauchi-Político”, “Doña María Retazos”, y “El Parlipomenón”. 

Pero no sería hasta 1855 que una de las primeras revistas genuinamente satíricas de la América Latina haría su aparición en Buenos Aires, bajo el nombre de la Bruja- Duende. A ésta seguirán poco después El Mosquito y Don Quijote. 

En La Habana se publica en 1857, La Charanga, seguida por El Moro Muza, un año después. Otros títulos posteriores serían Juan Palomo, El Revoltoso, y El Alacrán Libre. 

Puerto Rico no habría de quedarse atrás y en 1865 aparece El Moscardón, seguida en 1866 por El Duende ( ve colección digital de El Duende en La Colección Puertorriqueña ) y El Loco. Sin embargo, como veremos más adelante, debido a las severas restricciones impuestas a la prensa criolla estas primeras manifestaciones eran más bien de carácter festivo, sin atreverse a hacer incursiones peligrosas en el campo de la política. Nada parecido a lo que harían más tarde El Buscapié, de Manuel Fernández Juncos, ni El Diluvio o Florete en este siglo. 

Ya sea en Francia como Inglaterra, Argentina, Puerto Rico o cualquier otro país, las revistas satíricas responden a una necesidad de los pueblos de canalizar sus suspicacias sobre los líderes que los gobiernan, y sacar a relucir los males de la sociedad a través del comentario jocoso. 

De acuerdo a Manuel Méndez Ballester las revistas de este género “cumplen una función fiscalizadora importante en la sociedad para ayudar a evitar abusos de poder y la corrupción de los gobiernos. ”

Desde un principio, los mismos títulos de estas revistas dejan bien en claro sus intenciones. Así es que no nos cabe duda de los propósitos punzantes de El Mosquito, El Alacrán, La Avispa, El Escalpelo y El Florete. O flagelantes de: La Fusta, El Látigo, La Picota, etc. 

Pero más reveladoras aún son las consignas con que estas revistas reafirman su independencia de criterio, cualidad indispensable para que las mismas no pierdan su credibilidad: Así es que El Quijote, de Argentina, declaraba en 1883 “Este periódico se compra pero no se vende”. El Cachafú dominicano nos promete: “Ni derecha ni izquierda, manca”. Por su parte, El Gallo Pelón, de Venezuela, declara: “Gobierno y oposición, estamos contigo.” 

Esta independencia de criterio es lo que hace la vida de estas revistas bastante precaria, especialmente en regímenes de opresión política donde la prensa está controlada, parcial o totalmente, por el estado. Un caso interesante es el de la revista Satiricón en la Argentina, que fuera clausurada por el gobierno de Isabel Perón, primero, y luego, dos años más tarde por la junta militar que la derrocara. Dos gobiernos, uno de izquierda y otro de derecha, ambos compartiendo la misma super-sensibilidad a la crítica. 

En los gobiernos socialistas las revistas satíricas sólo sirven de portavoces semi-jocosos de las directrices del estado. Así ocurre con El Cocodrilo (Krokodil), en Rusia, y DDT o El Alacrán, en Cuba. 

Estas revistas se limitan a hacer chistes genéricos, críticas contra los sistemas capitalistas, y propaganda a favor del régimen. Todo esto naturalmente resulta en una desfiguración total del verdadero propósito del humor político. 

Pero si estos regímenes, sean de derecha o de izquierda, desean tener control absoluto sobre el humor esto lo podrán lograr sólo en lo impreso, porque en la calle es otro cantar… o mejor dicho contar. 

Porque, los chistes que cuenta el hombre de la calle demuestran en forma categórica que el humor es la última manifestación de inteligencia que la opresión llega a matar. Más aún. A mayor opresión, más sé agudiza el ingenio del hombre. Un ejemplo es este epigrama importado de contrabando de Polonia. 

Es imposible ser al mismo tiempo: 

Buen comunista, honrado, e inteligente. 

Porque si uno es inteligente y honrado 

No es buen comunista. 

Si es inteligente y buen comunista 

No es honrado. 

Si es buen comunista y honrado 

No es inteligente. 

(Continúa Mañana)

Calce de fotos del reportaje original puede verse en imagen de header

• En los países socialistas las revistas satíricas se limitan a chistes de humor general, como el ilustrado, arriba, o chistes de propaganda a favor del régimen. 
• Esta caricatura, correspondiente al primer número de la revista inglesa Punch, en julio de 1841, es una sátira en contra de la política y los políticos. Este era el tema más común en las revistas de. este género. 

Se pueden incluir imágenes de perfiles en Facebook, la red y otros medios. son utilizadas para ampliar la experiencia del lector. Javier Martínez es artista multidisciplinario de Puerto Rico